miércoles, 29 de mayo de 2013

(im)personal trainer



fragmento del artículo (Im)personal Trainer, de Georgina Torello en La Diaria:

"EL GIMNASIO es un diálogo o varios diálogos entre Alberto, el dueño del gimnasio, y John Jairo, su ayudante. En este diálogo, de un humor perspicaz y licencioso, se instituye un doble sistema: mientras Alberto lee y escribe, John Jairo dice, sigue las líneas del texto de memoria, adhiere a los términos del contrato clásico entre espectadores y actores, en síntesis, “sabe” contenerse, representar y alternar, inclusive, los “característicos” que el texto parece poner en la obra casi como broma (el machito, el pajuerano, etcétera).
La acción se construye en diez rounds, retomando el pretexto deportivo como columna, que Ricardo Bartís instauró en su trilogía LA PESCA, EL BOX y EL FÚTBOL, y citando una mítica “guerra de los gimnasios”, abierta referencia al texto de César Aira. El gimnasio, sin embargo, se desliza por esa cultura macha para resistirla y detonar, además, el culto a los cuerpos “perfectos” a favor del cuerpo decadente como fuerza (el gusto por las cicatrices, las deformidades, las curvas, las marcas, se dice) y algunas derivaciones new age. Lo que se va a ver es, advierte John Jairo casi al principio, la última
función del espectáculo, dato que instala desde el comienzo varias nostalgias: lo que vemos como evento saldado, el pasado de Teatro Uno y su final, los abusos dictatoriales y la pérdida de una amada, con toda su fuerza metonímica".



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